La sinusitis crónica y sinusitis recurrente son enfermedades que pueden confundirse.
La prevalencia estimada de la sinusitis crónica alcanza un 5% a 28% en la población general, basado en síntomas solamente, pero disminuye al 5 % si se diagnostica con endoscopía nasal o Scanner de cavidades paranasales. Mientras que la sinusitis recurrente es de 0.5-2%.
La Sinusitis recurrente se caracteriza por episodios agudos de secreción nasal espesa, a veces de color amarillo o verde, dolor o presión facial (especialmente alrededor de ojos, mejillas, nariz o frente), dolor de cabeza, tos, especialmente en niños, fatiga y sensación de malestar general, y en algunos casos, fiebre baja.
Estos episodios duran menos de 30 días cada uno, con periodos libres de síntomas entre episodios. Para considerarse recurrente, deben presentarse al menos 3 episodios en un lapso de 6 meses o 4 en 12 meses, separados por al menos 10 días libres de síntomas.
La sinusitis recurrente puede deberse a: infecciones virales (resfríos) o bacterianas repetidas, alergias (rinitis alérgica), que predisponen a inflamación y obstrucción de los senos paranasales, alteraciones anatómicas como tabique nasal desviado o pólipos nasales, problemas inmunológicos que dificultan combatir infecciones, exposición a irritantes ambientales (humo, contaminación), factores genéticos y antecedentes familiares.
En cambio, en la Sinusitis crónica, los síntomas son similares, aunque suelen ser más leves pero persistentes, e incluyen también congestión nasal, secreción nasal, presión o dolor facial, disminución del olfato, tos y fatiga. La fiebre es menos frecuente y los síntomas pueden ser más vagos y arrastrados. Característicamente, estos síntomas duran 12 semanas o más a pesar del tratamiento adecuado.
Las causas de la sinusitis crónica son similares a la recurrente, sumándose alteraciones en la función de los cilios, que son los pequeños vellos que ayudan a eliminar el moco (p.e. en enfermedades como la fibrosis quística o las disgenesias ciliares como el síndrome de Kartagener) que afectan esta función y predisponen a sinusitis crónica. También son relevantes los factores genéticos y sistémicos, incluyendo inmunodeficiencias. Nunca debemos olvidar evaluar condiciones que pueden aumentar localmente la susceptibilidad a infectarse, como son las infecciones de origen dental (cuando una infección en un diente superior se extiende al seno maxilar).
Tanto la sinusitis crónica como recurrente debe ser estudiada para determinar factores de alergia o inmunes (defensas) que puedan ser la causa, así como los factores anatómicos y funcionales.
La sinusitis crónica es mucho más frecuente en personas con inmunodeficiencias primarias (bajas defensas), especialmente las que comprometen la producción de anticuerpos, con una prevalencia que puede ser entre 5 y 6 veces mayor que en la población general.
En resumen la rinosinusitis crónica y recurrentes son enfermedades diferentes pero frecuentes que deterioran la calidad de vida, deben ser estudiadas y tratadas adecuadamente para prevenir su recurrencia.